notas de silla de tatuar No todas las historias en un estudio de tattoo son graciosa. recuerdo el día en que llego una señora, y pregunto por un tatuaje: -"pequeño, tierno y sensual"-. Luego de escoger por algún tiempo nos decidimos por un tulipán, el que realizamos a la menor brevedad, entre tanto la señora nos contó su historia; era casada, pero su esposo estaba fuera del país y ella pensó tener el tatuaje como una sorpresa. Terminado el tatuaje ella se fue feliz, pasaron aproximadamente veinte días cuando al estudio llego un señor de mediana edad muy alterado, preguntando por el desgraciado, que sin su autorización había osado tatuar a su esposa, mi padre respondió a las groserías de dicho personaje, con fuerza pero sin malas palabra, en aras de protegerme, no había forma de calmar al esposo de la señora hasta que intervine y le dije, -"si señor, usted tiene toda la razón, ya que yo sin su consentimiento, me tome el atrevimiento de tatuar a su esposa, por favor discúlpeme, yo no sabia que su esposa era una re trazada mental que en pleno siglo veinte tenía que pedir permiso para decidir sobre su cuerpo, sus deseos y su vida, además ella lo hizo para sorprenderlo al llegar de su viaje, si no le gusto hable con su esposa, y a nosotros nos respeta, aquí no se obliga a nadie, déjese de bobadas"- el señor escucho y se marcho sin decir otra palabra.
DUEÑO DE QUE, DUEÑO DE NADA
Actualizado: 7 nov 2018
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